miércoles, 29 de febrero de 2012

"Haría lo que fuera por verte sonreír" Capitulo 6

Capitulo 6

Ema lo sacó a bailar y cuando vio que las cosas estaban en su punto justo llamó a Ciro con una seña y le pidió ayuda para llevar a Marcus hasta su cuarto.
— ¿Ese era tu gran plan?— Preguntó Ciro cuando llegaron al cuarto.— Emborracharlo y después traerlo a dormir... gran idea— Dijo con algo de sarcasmo.
— No, tengo algo mejor. — Ema se acercó a Ciro y comenzó a desabrocharle la camisa celeste que traía puesta.
— ¿Qué... estas haciendo Ema?—Cuestionó nervioso al sentir las manos cálidas de Ema sobre su pecho, ahora, desnudo.
— Shh...
Terminó de sacarle la camisa y pasó a desabrocharle el cinturón pero Ciro no la dejó.
— No sé que pretendes pero dejálo acá. No me responsabilizo de lo que pueda pasar si seguís...— dijo pero fue callado por los labios de Ema.
Ciro la abrazó fuerte por la cintura e hizo que lo rodeara con sus piernas.
— No... esta no es la idea.— Ciro besaba su cuello con pasión y entre jadeos.— ah... ¡Ciro!— Él la miró y vio sus mejillas sonrosadas. Se le escapó una risita y volvió a la tarea anterior, el cuello de Ema. — Basta... es en serio.
— Como quieras... pero ya vamos a seguir, esto no queda acá. — Ciro la beso en los labios con tal deseo que Ema agradeció estar sostenida por que si no, se hubiese caído. El chico se separó con una sonrisa burlona y dejó a Ema en el suelo.
— Bueno... yo... sigo... — balbuceó nerviosa. Se acercó a Marcus que dormía plácidamente boca arriba sobre su cama y le desabrochó la camisa.
— No... ¿Qué estas haciendo? Dejálo.— Ciro enojado le retiro las manos del chico.
— Te dije que confiaras en mi.
— Pero ¿hace falta que lo toques? — Dijo celoso e irritado. Ema lo ignoró y sacó su labial rojo sangre. Se pintó los labios, algo hinchados por el besuqueo anterior, y frotó uno con otro para desparramar la pintura.
Se acercó al cuello de Marcus y comenzó a proporcionar besos en todo este.
— ¡ah bueno!, no puedo creer lo que estas haciendo. — Ciro, más celoso que nunca, hizo ademan de irse pero Ema lo detuvo con una frase fría pero verdadera.
— Si te vas juro no te hablo por un largo tiempo y sabes que lo cumplo.—Dijo alejándose del cuello y mirando a Ciro con firmeza.
— Pero no puedo ver eso, no quiero.
— Entonces no mires, pero te quedas.
Besó a al chico en ambas mejillas luego le pintó los labios, Ciro continuaba mirando.
Ema delineó los ojos de Marcus son un lápiz, luego realzó sus pestañas y le puso rubor a sus mejillas. Cogió un pañuelo rosa que había llevado y se lo puso en el cuello pero sin rodearlo.
— Bien, vení Ciro... — Él se acercó a la chica. — Agacháte — Susurró Ema. Cuando este lo hizo, ella tomó su rostro entre manos y lo besó por todo lados, la frente, los cachetes, la nariz y por ultimo la boca. Una vez que hubo terminado se separó apenas un poco y sonrió. — te queda bien el rojo. — Ciro rodó los ojos y le dio un pequeño pero rudo beso. — Seguís enojado, ya se te va a pasar.
Sacó su celular del bolso que llevaba y se acostó al lado de Marcus.
— Ciro, acostáte al lado mio.
— Pero...
— Sin "peros".—Ciro obedeció y se acostó. La rodeó por la cintura.
Ema comenzó a sacar fotos en diversas poses donde salían los tres, Ciro, Marcus y ella.
— ¿Para qué son las fotos?.
— Para Marcus. Cuando las vea se va a querer morir. —Ciro comprendió el plan al instante. Ella hacia todo eso para que Marcus creyera que hicieron el llamado "trío" y que justamente él había hecho el papel de una mujer.
— Que cabecita loca que tenes... — Dijo y la besó. Ema aprovechó el momento para sacar una foto de ellos dos solos. — Creo que después de esto te va a dejar.— Dijo divertido refiriendoce a Marcus.
— No puede. — Contestó Ema sonriente.
— ¿Eh?.
— Lo dejé, apenas salimos del colegio. Por eso me lo llevé del salón, si lo hacía ahí mismo no podía vengarme.
— Osea que desperdiciamos estas ultimas horas sólo por que yo pensaba que aún estabas con él.
— No las desperdiciamos.
— Si, por que podría habértelo dicho lo más pronto posible. — Dijo Ciro confundiendo a Ema.
— Haberme dicho... ¿Qué?. — Ciro sonrió.
— ¿Queres ser mi novia, Ema? — Le preguntó. Ella se alegró y sonrió profundamente y lo abrazó fuerte.
— Claro que si. — Se rió — ¡ Pensé que era algo grave, tonto!—Ema le golpeó el hombro suavemente.
— ¡Auch!— Los dos rieron felizmente por un rato, se reían de todo... de la venganza de Ema, de la cara que pondría Marcus al saber eso, de todo el tiempo que habían perdido por no decir que se querían y muchas cosas más.
Las risas fueron cesando y los dos, tomados de la mano, se levantaron de la cama.
Ema sacó un papel y comenzó a escribir una pequeña nota la cual decía: "Marcus, fue una gran idea la que se te ocurrió, al principio no te quisimos hacer caso pero después nos convenciste. El trío estuvo grandioso. Pero no te entusiasmes, a decir verdad vos no estuviste muy bien, menos mal que tenía a mi novio si no me hubiese aburrido como un tronco... Cambiando de tema: Ciro y yo queremos pasar un tiempo a solas, tal vez te llamemos algún día o tal vez no... Ahora que ya no estamos juntos podes ir a revolcarte con cualquiera que encuentres... ah... cierto que ya lo hacías hasta cuando eramos novios... Pero igual sin rencores, no le vamos a contar a nadie tu secretote. Obviamente me enojé un poco cuando vi que te querías agarrar a Ciro para vos solo. Sinceramente fue una sorpresa un poco extraña que hayas admitido algo así... Espero que encuentres a tu chico ideal y que las personas acepten tu gusto por los hombres tan bien como nosotros. Ah, por cierto, tengo las fotos que sacamos en mi celular, luego te mando algunas y hay que tener cuidado, digo, por que accidentalmente las fotos pueden llegar a enviarse a cada contacto de mi celular, y el de Ciro, y el de mis amigas..."
—Ya Ema, no escribas más.... Quiero irme.— Dijo Ciro interrumpiéndole la inspiración.
— terminé. — Firmó la nota poniendo "Con amor Ema".
— ¿Puedo verla?— Preguntó. Ema le entrego el papel y aguardó a que terminara.— ¿No te parece que exageraste un poco?...

sábado, 25 de febrero de 2012

"Haría lo que fuera por verte sonreír" Capitulo 5

Capitulo 5

— ¿Qué hacemos acá?— Preguntó Ciro confundido mientras salia por el lado del copiloto y ayudaba a Ema a bajar. — Prefería quedarme en casa con vos que venir a una fiesta.— Dijo rodeándola por la cintura.
— Lo sé. Yo también prefiero eso pero ya vas a ver. Todo tiene una razón. Me porté muy mal con vos y quiero remediarlo.— Ema lo miró y depositó un beso en su mejilla.
—No entiendo, ¿por eso me traes a una fiesta?.
— No, espera. Ya vas entender.—Contestó contenta y ansiosa. 
— Está bien. ¿Hay alguna posibilidad de cruzarnos con Marcus?. Por que no quie...
— Claro que si, esta es su casa. — Dijo ella tranquilamente y sonriendo aun.
— Eh... Pero... ¿Qué vamos a hacer?.
— Shh... vos dejáme a mi.
Los dos comenzaron a caminar hacia la entrada, desde afuera se veían luces de boliche y la música estaba tan fuerte que los vidrios casi saltaban.
Cuando llegaron a la puerta Ema se detuvo y miró a Ciro. 
— No te puedo contar nada por que arruinaría una dulce... sorpresa. Vos entra después que yo y quedáte en la barra de tragos, no me busques. Yo me voy a hacer ver cuando sea el momento indicado.
— ¿El momento indicado?.— Dijo él serio.
— Si, para que mi plan salga perfecto. Confiá en mi.—Le contestó Ema con una dulce sonrisa. Ciro negó con la cabeza y le dio un pico.
— ¿Te dije que tus planes siempre me dieron un poco de miedo?— Le mordió suavemente el cuello y ella se sonrojó.
— Bueno... yo...— No podía concentrarse debido a los húmedos besos que su querido chico le proporcionaba.
— ¿Si? ¿Queres decir algo?— Preguntó medio burlón. A Ciro le encantaba ver lo que causaba en ella, Ema no podía articular palabras.
— Basta, te estas aprovechando. Mejor empecemos.
— Está bien. Un ultimo beso.— Le dijo Ciro acercándose en busca de sus labios.
— Claro.— Ema lo esquivó y besó su mejilla lenta y sensualmente. 
— Eso es trampa.
— No dijiste donde.— Le guiñó un ojo.— Después de esto vamos a tener todo el tiempo del mundo para besarnos. Lo prometo.
—Te creo.


Ema no lo encontraba por ninguna parte. Buscó a su grupo de amigos pero estaban demasiado ebrios como para contestar algo coherente y cierto.
— Disculpá. ¿No viste a Marcus?.— Le dijo a Melissa. 
— Eh... ¿Mi hermano? Creo que está en su cuarto. Pero yo que vos no iría.
— ¿Por qué? — Preguntó Ema, aunque ya sabía perfectamente la respuesta. Siempre que ella estaba ausente en alguna fiesta Marcus la engañaba con otra, antes estaba tan opacada por el brillo artificial que el chico presentaba, que nunca se había hecho problema por nada más que verse linda para él. Pero ahora, ahora estaba furiosa por haber dejado que la usara tan descaradamente. 
— No... no me digas. Gracias Meli.
Sin esperar saludo alguno fue en busca de el chico adinerado que vivía allí. Llegó a la puerta indicada y, sin tocar, entró.
— Pero ¿Qué?... ¡Ema! Yo...
— No pasa nada Marcus... no me debes ninguna explicación. Al contrario. Me pediste por favor que viniera y bueno... acá estoy. ¿Por qué no bajamos y tomamos algo?.— El plan de Ema marchaba a la perfección. Aunque tenía miedo de explotar de furia en cualquier momento, era fuerte e iba a soportar un tiempo más.
— Eh... Está bien. Ahora bajo.
—Te espero cerca de la barra.
Ema estaba más que contenta de poder llevar a cabo una tarea tan placentera como esa, la venganza llegaría e iba a ser dulce como el azúcar.
Bajó las escaletas y llegó a la sala principal donde todos los invitados bailaban, se besaban, bebían y se frotaban de a dos. A Ema siempre le habían gustado las fiestas así, o eso era lo que ella pensaba. 
Marcus buscó por todos lados a la chica hasta que la encontró en la parte lateral de la barra, tenía dos tragos en sus manos y estaba más sonriente que nunca.
— Yo... 
— No importa, disfrutemos de la fiesta.— Gritó Ema para que su compañero la escuchase. Los dos comenzaron a beber Ema paró al segundo trago, en cambio Marcus fue practica mente inhibido a seguir tomando y tomando hasta quedar ebrio.

jueves, 23 de febrero de 2012

Facebook :)

Hola!! Bueno sólo hago esta entrada para que estén al tanto de cual es mi facebook... 
Si alguien quisiera agregarme para saber cuando subo capítulos o alguna otra cosa... son bienvenidos :) 


Les dejo el link : Aquí :)


Además les cuento que soy administradora de una pagina (de JUSTIN BIEBER) así que a la que le guste la invito a pasar y darle MG!!!


Pagina de JUSTIN BIEBER: Aquí!!!!!!!!!!!! :)




Ah sí! Tengo una pagina, en facebook también, que es de ediciones, fotos editadas, colages y esas cosas... La persona que quiera hacer algún pedido solo tiene que escribir en el muro... y darle MG obvio :P


Mi pagina: Aquí!!!!


Nada más....


Muy pronto voy a subir nuevas historias así que estén atentos!!!


Besos!!

"Haría lo que fuera por verte sonreír" Capitulo 4

Capitulo 4

El timbre sonó despertando a Ciro, quien giró en la cama y aterrizó en el suelo. Los moretones se hicieron recordar en el momento que tocaron el piso. 
Miró el reloj apoyado en la mesa de luz, marcaba las diez con cuatro minutos.
— ¿Quién hace visitas a las diez de la noche?— Se puso una remera y con mal humor caminó hacia la puerta. 
Sin mirar quién era, abrió. 
Ni siquiera llegó a reaccionar, cuando unos brazos rodearon su cintura. Le dolió, tenia varios hematomas y estaban siendo apretados en ese mismo instante.
— Perdonáme.—Dijo Ema aferrándose al cuerpo de Ciro. — Soy una tonta por dejarte así. Te prometo que...
— No quiero más promesas de tu parte. —Dijo Ciro fríamente mientras se zafaba de su abrazo. La miró, tenía los ojos algo hinchados, se dio cuenta que ella había estado llorando y se sintió mal por haberle contestado así, sin embargo, su orgullo pudo más. — ¿Para que viniste?.
— Vine a disculparme.
— No tenes por qué pedir perdón. Cada cual piensa diferente... Sé que nunca estarías con migo pero no me imaginé que ibas a quedarte así... Ni siquiera me defendiste. — Dijo ofendido. 
— Tenes razón y me arrepiento de no haberte ayudado. Por eso mismo estoy acá. — Ema tomó a Ciro de la mano y lo jaló hacia ella. Él se quedó duro ante ese acto. No sabía como reaccionar. 
Ella le acarició una mejilla lentamente y comenzó a acercarse. 
Ciro estaba que en cualquier momento se quedaba sin corazón de lo fuerte que le latía. Había soñado tanta veces ese momento que no podía creer que estuviese pasando.
Ella lo iba a besar y él lo sabía, lo presentía. 
Se acercó más y la tomó de la cintura aferrándose para siempre a su pequeño cuerpo. Ema sonrió y volvió a acariciar su mejilla más lento que antes, luego le rodeó el cuello con sus brazos.
Ciro se aproximó hasta que estuvieron frente con frente, le sonrió dulcemente y con todo el amor del mundo rozó su nariz con la de ella en un acto de cariño profundo.
Era increíble cómo con una mirada podían decir lo que sentían. 
Ema se sentía en las nubes, su corazón palpitaba desaforadamente, nunca pensó que podría estar así con él. Lo soñó millones de veces pero sólo eso era, un sueño, hasta entonces. 
Titubeando él acortó los centímetros que quedaban entre ellos, uniendo sus labios en un beso perfecto.
Ciro acariciaba la boca de Ema pidiendo permiso para llegar más allá. Ella entreabrió los labios dejando el paso libre. 
Sus lenguas combinaban a la perfección.  
Una de las manos de él paseó por la espalda de Ema hasta llegar a su nuca, donde ayudó a profundizar el beso. Ciro la atrajo más hacia él, deseaba saborearla por completo, sentirla a su lado.
Era un beso suave pero pasional. Ninguno de los dos quería meter la pata y menos que menos, dejarse llevar por las hormonas que se despertaban hambrientas.
La boca de ella era tan dulce como Ciro siempre habría imaginado, su cabello, suave, sedoso y con un aroma a frambuesas que lo volvía loco. La amaba por completo, amaba cada parte de ella, sus defectos, sus manías. Todo.
Ella también lo amaba, sólo que recién lo descubría. Siempre supo que entre ellos había algo más que una amistad, siempre lo quiso más que como un amigo pero nunca se lo dijo. Tal vez por temor a que se acabara su amistad o lo que fuera. Se arrepentía de no haberlo echo, al final de todo los dos se querían y eso estaba más que claro.

lunes, 20 de febrero de 2012

"Haría lo que fuera por verte sonreír" Capitulo 3

Capitulo 3


— Ema... ¡Andáte!— Dijo Ciro tratando de mantener la cordura. Apenas ella había entrado en el salón Marcus y los dos matones lo soltaron de inmediato. No quería que ella lo viera en ese estado, le apenaba.
— No. No me voy a mover hasta que me digan ¿qué pasa acá?.
— Yo sólo me estaba defendiendo.—Dijo Marcus con cara de cachorro mojado. — No sé que le pasó. Comenzó a pegarme y...
— Ya está. — Ema lo miró con desconfío. Volvió su mirada hacia Ciro y se apiadó de él.
— ¿Qué pasó Ciro? ¿Por qué le pegaste?. — El chico la miró dolido pero no dijo nada.— ¿No me vas a decir nada?.— Ciro negó con la cabeza gacha.
— Siempre hace esas cosas y me deja mal parado a mi. No entiende que vos me queres a mi. — Ema miró a su novio con la cara bañada de confusión y enojo.
— ¿Qué?.
— Sí, ¿no te das cuenta que él se muere por vos? No soporta que estés con migo. Me tiene envidia...
— ¡Basta! ¡me hartaste! Estaba tratando de callarme para no armar más lío pero veo que vos no pensas parar, bien, yo menos. — Ciro se levantó del suelo y empujó a Marcus, este se encogió y no hizo nada.
La sangre de Ciro hervía en sus venas, ese chico lo cabreaba como nunca nadie lo había hecho. 
Lo provocaba y estaba a punto de reaccionar de la manera menos correcta.
— ¿Me vas a seguir peleando adelante de ella? No tenes dignidad.—Dijo Marcus con una sonrisa burlona, Ema no sabía que hacer, miraba a los dos muchachos y recapacitaba a toda velocidad tratando de hallar una solución.—Dale admití que estas hasta las manos con Ema, la amas y sabes que ella no te ama, nunca te va a amar. Miráte, sos un camarero de cuarta que trabaja para pagarse la pensión por que su mami lo echó de la casa. Me das risa.— Esas palabras fueron como dagas que se incrustaban en el cuerpo de Ciro, Marcus tenia razón y eso era lo que más dolía. — ¿No te da pena estar atrás de una chica como ella? Merece algo mejor, no un pobre que apenas tiene para comer pan y agua.— Estaba exagerando las cosas, lo ponía en ridículo. Ciro nunca había pasado por semejante humillación. Lo que más le afectaba era ver que su "amiga" no decía nada, sólo miraba. Tal vez no tenía las agallas suficientes para aceptar que su novio estaba en lo cierto, tal vez no lo defendía por que pensaba igual  que Marcus.— No dudo que alguna vez hayas pensado que Ema se fijaría en vos, debes de pensar todo el día en ella ¿verdad?— Ema miró a Ciro a los ojos pero él no pudo soportar el dolor que lo abrazaba, bajó la mirada en señal de vergüenza. — No sé quién te habrá dicho que tendrías oportunidad con ella. Es mía y aunque no lo fuera  ella, nunca— Agarró a Ciro por el cuello y le clavó su mirada punzante.— Escucháme bien, nunca te va a ver de otra forma que no sea la figura de un don nadie, una persona que ni siquiera tendría que haber nacido...
— Basta, ya fue suficiente, vamos Marcus. — Ema no miraba a Ciro, solo el suelo era dueño de sus ojos. Él estaba aun más dolido que antes, la chica que amaba se estaba yendo con el peor imbécil que podría existir sobre la tierra y no había dicho nada para defenderlo, absolutamente nada. 
— Suerte con tu vida de vagabundo. — Marcus se rió por ultima vez del pobre chico y salió tomándole la mano a su novia. 
— ¿Por qué haces eso? — Se escuchó la voz de Ema. Por lo menos le había preguntado algo.


Ciro llegó a su departamento echo polvo. Nadie lo había ayudado, la enfermera de la escuela se ofreció para curarlo pero él se negó, ya que si accedía a que lo curara llegaría tarde a su trabajo y no estaba en su mejor momento como para permitirse una falta.
Abrió el grifo y se metió en la ducha sin esperar que el agua entibiara. No le importaba morir de frío, ya nada le importaba. La única persona en la cual confiaba lo había defraudado. Todavía no podía creer que Ema se hubiese ido sin más, ella no era así.
El pantalón de su uniforme se cerró en torno a su cadera, la camisa se acopló con sus musculosos brazos. Estaba casi listo para salir cuando el teléfono sonó.
— ¿Si? —Preguntó con la voz ronca.
— ¿Ciro? Menos mal que te encuentro. Ya hablé con el jefe y dijo que no te preocuparas, podes recuperar el trabajo haciendo unas horas extras cuando te mejores.— Dijo su compañero de trabajo.
— ¿Cuando me mejore? Pero si no estoy enfermo.—Contestó confundido.
— ¿Qué? Ema me dijo que...
— ¿Ema? ¿Hablaste con Ema? — Ciro estaba aún más confundido, no encontraba razón por la cual Ema haría eso.
— Si, ella dijo que no ibas a ir hoy. Mirá no sé que pasa pero tengo que atender unos comensales, como sea. Tenes el día libre.
— Ok, Gracias John— Ciro cortó la llamada y se cambió por algo cómodo.

Frases

"Quizá haya enemigos de mis opiniones, pero yo mismo, si espero un rato, puedo ser también enemigo de mis opiniones."
Jorge Luis Borges.



"Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama." 
Miguel de Cervantes.

"Haría lo que fuera por verte sonreír" Capitulo 2

Capitulo 2


— Lo odio, te juro que nunca más voy a caer en su trampa, primero viene y me dice cosas dulces, después me regala ositos de peluche enormes y encima yo como una tonta le sigo la corriente. Todavía no puedo creer que haya besado a mi mejor amiga, y ella ¿Cómo es que se dejó besar? Por que yo los vi y no se opuso en ningún momento... Ciro — Él la miró entretenido por como ella  se quejaba de Marcus. — Es una promesa, no voy a volver con él. 
— Ok, voy a hacer que te creo.— Contestó cansado de escuchar siempre la misma promesa.
— Esta vez es enserio. — Dijo ella con seriedad.
— Está bien, como digas.

[...]


— ¡Esa parte me encanta! — Dijo Ema riendo ante la pantalla.— Es lo mejor cuando... Bueno ya está, ¿qué te pasa?— Le preguntó a Ciro, quien había estado toda la tarde sin decir palabra, exceptuando algunas frías respuestas como "si, no, como digas".
— Nada...
— Dale, te conozco. Podes contarme para eso están los amigos, ¿no?.
— ¡uh! ¡Me tenes harto con eso de los amigos!. ¿Por que mejor no te...—Se detuvo antes de pasarse de la raya— Lo siento, solo que estoy algo cansado. 
— Seguro.— Dijo Ema con sarcasmo.— Me voy. Te hablamos algún día, tal vez cuando estés menos "cansado".— Se levantó del sofá al tiempo que dejaba el pote de helado sobre la mesa. Tomó su cartera y fue hasta la puerta, seguida por Ciro.
— Perdón Ema  yo...
— No importa Ciro. Chau. — Prácticamente le cerró la puerta en la cara y eso a él le molestó de sobre manera. 
Se dio un baño de agua helada y se acostó.


Las ojeras que se marcaban debajo de sus ojos eran el claro reflejo de una noche terrible. No había pegado un ojo hacia veinticuatro horas enteras. 
La noticia de que su mejor amiga había vuelto con el millonario Marcus le había caído como una patada en el estomago. No entendía, ella dijo que nunca iba a perdonar que haya besado a su mejor amiga. Se lo había prometido y sin embargo cayó en sus brazos, nuevamente. 

Estaba enojado, furioso al ver como su amada, la luz de sus ojos abrazaba a otro que encima era un idiota.

— ¿Te pasa algo? Desde que te conté lo de Marcus estás raro, no me hablas nunca. Es más, diría que me estás esquivando. — Le dijo Ema en el pasillo del colegio. Él había caminado lo más rápido posible con tal de que no lo alcanzara pero por desgracia así fue.
— No sé, vos sabrás. — Contestó enojado. Ema lo miró algo dolida.
— No vas a admitir que estás enojado, te conozco... 
— No, ¿Sabes? Me parece que no me conoces nada. No tenes ni la mínima idea de como estoy ahora ni de lo que siento, así que no digas que me conoces. — Cerró con fuerza el casillero y sin vacilar emprendió camino hacia la siguiente clase.



— ¡Hey! — Marcus se acercó a toda marcha seguido por dos amigos "matones", corrió las mesas que se interponían en su paso y acorraló a Ciro contra una pared. Para mala suerte del ultimo los profesores ya se habían marchado y en el salón solo quedaban unos pocos alumnos y ninguno que lo fuera a ayudar.— Nunca creí que le iba a decir esto al gay del colegio...
— ¡No soy gay! ¿Que a caso no entendes? ¿Qué es lo que te pasa?  ¿Por que no me dejas sólo y te perdés por algún lado?— Ciro se enfrentó al millonario con aires de valiente, zafandoce de su agarre.
— Claro, como quieras. Lo único que te advierto es que dejes en paz a MI chica, ¿Entendes?.— Dijo haciendo énfasis en la palabra "MI". 
— ¿Y qué le hice yo a tu chica? Que yo sepa el que besa a mejores amigas sos vos... — Marcus lo tomó por el cuello y lo apretó contra la pared. 
— Eso no es de tu incumbencia. Si llegó a ver a Ema llorando por vos otra vez te juro que...
— ¿Llorando por mi? ¡Ja! ¿Esperás que te crea eso? Ema nunca lloraría por mi. Seguramente se enteró de otra de tus patéticas jugadas. Si vos llegas a lastimarla de nuevo soy yo él que va a darte una buena patada... — Ciro volvió a zafarce y comenzó a caminar hacia la puerta. — Ahora si me haces el favor preferiría que no me toques más.—Dijo con asco. Abrió la puerta e intentó salir pero alguien lo jaló hacia adentro.
Tirado en el suelo, Ciro se retorcía a medida que le encestaban varias patadas. 
Lo golpeaban en el estomago, la cara, el pecho y en su masculinidad. 
Un hilito caliente le recorrió la boca, como pudo, se tocó y sintió la sangre en sus dedos. Intentaba levantarse pero Marcus y sus dos acompañantes lo estaban pateando duro. 
— Ahora vas a entender que nadie se mete ni con migo ni con los míos.
— Ema... ¡Ema no es tuya!— Gritó como pudo. Cerró los ojos con fuerza deseando que todo pasara pronto, como no podía defenderse esperar era lo único que le quedaba. El dolor se propagaba por cada extremidad de su cuerpo. Nunca había peleado con nadie, siempre fue un chico pacifico pero Marcus lo sacaba de sus casillas, si tuviese la oportunidad estaría pateándole su trasero pero no podía levantarse.
— ¡¿Qué están haciendo?!.

domingo, 19 de febrero de 2012

"Haría lo que fuera por verte sonreír" Capitulo 1



Capitulo 1

Otra vez él estaba allí, mirando cómo ella venia con el corazón hecho añicos entre sus manos. Deseaba hacerla feliz, la quería con todo el alma.
Lo supo desde el primer día en que la vio pero nunca se atrevió a decirle lo que sentía.
— ¿Qué te hizo esta vez ese idiota?— Le preguntó rodeándola entre sus brazos. Sentía su respiración interrumpida por los sollozos. — Lo voy a matar. Mirá lo que provoca, estas desbastada.— Dijo furioso. No entendía cómo ella estaba con un chico cómo Marcus. En realidad si, lo entendía pero no quería hacerle frente a esa realidad.
Aunque su amiga no era una de esas típicas fresas que lo único que les importaba era el dinero, sabia que un chico con bastante capital era mejor partido que un simple mesero. Y Marcus era de esos. 
No un adinerado, sino un apuesto y deportista chico con plata.
— Lo vi... besando a... estaba besando a... mi mejor amiga.— Sollozó ella. — Le pedí que me explicase... pero él... se rió de mi...
— ¿Qué? ¡Es un tarado! Ya te digo que tengo que molerlo a palos.
— ¡No! Lo único que tenes que hacer... ahora es quedarte con migo y abrazarme.— Él la apretó contra su cuerpo. 
— Claro que si nena. Pero no llores más. Haría lo que fuera para verte reír.— Le dijo dulcemente. Ella levantó la vista y le besó la mejilla.
— Lo sé. Es por eso que sos el mejor amigo que alguien pudiese tener.— Tenía que recordaselo. Él la amaba pero ella sólo lo veía como un amigo.
Sólo una vez en toda su vida pensó que tendría alguna oportunidad con ella, pero la descartó en el instante que Ema negó todo sentimiento mayor al de amistad, hacia él.

Luego de calmarla, Ciro insistió en llevarla a su casa pero ella no quería. 
— Entonces ¿Qué hacemos?. —Le dijo él. Apoyó sus manos en el volante a la espera de que Ema contestara.
— Vamos a una heladería y compramos dos kilos de helado. — Contestó con los ojos brillosos. Ciro rió.
— Ok ¿Y después?.
— ¿Podemos ir a tu departamento?.—Preguntó con algo de vergüenza.
— Está bien.— Contestó Ciro con una media sonrisa.



— Perdón por el desorden. No acostumbro a tener visitas.— Ciro abrió, algo incomodo, la puerta de su departamento.
"Ojala no haya ropa interior en el suelo. Ahora que lo pienso no sé si lavé los platos del desayuno" pensó. Dejó pasar a Ema, quien miró el interior con ojos críticos.
— Te hace falta una mujer— Dijo entre risas y mirándolo de reojo. Por un momento creyó ver otras intensiones ademas de burlarse.
— Lo sé— Contestó Ciro algo triste.
— Y bien... ¿Para cuando me la presentás?
— ¿A quién? — Preguntó confundido.
— A esa chica, la que hace que tus ojos brillen de esa forma y la que ocupa tu mente todas la horas del día. Por que yo sé que hay una.— Dijo Ema de manera algo despectiva.
— ¿Eh? ¿Y cómo sabes eso?— Ciro estaba confundido, confundido y asustado. Temía que su amiga sospechase algo acerca de sus sentimientos.
— Me doy cuenta, ademas de que te conozco. ¿Vas a contarme quién es? — Volvió a preguntar, está vez mas fastidiosa que antes.
— No.
— ¡Vamos! Aunque sea el nombre.— Insistió Ema. Estaba irritada y a él le divertía verla así.
— No. 
— Bueno, al menos decime como es... seguro es fea. Siempre te gustaron las feas.
—No tenes una idea de lo hermosa que es. — Contestó Ciro mirándola divertido, ella estaba que echaba fuego por las orejas.— Es buena, sincera, me hace reír. Tiene los ojos mas lindos que vi en mi vida y una sonrisa que iluminaría el mundo entero si nos quedáramos sin sol. Ademas...
— Ya está. Entendí.
— ¿Eh?— Preguntó Ciro confundido ante su amiga cabreada.
— Si, no hacen falta más detalles. Igual insisto que debe de ser fea. — Contestó tratando de restarle importancia a la situación.
— Eso de que me gustan las feas es mentira. 
— No, es totalmente cierto. ¿Acaso ya olvidaste a la chica esa que besaste en la fiesta de halloween?— Dijo Ema. Ciro se daba cuenta que ella estaba celosa. No podía entenderlo pero aun así lo disfrutaba.
— Sí, me acuerdo. Pero no era nada fea. Al contrario.
— Lo decís por que era la única chica dispuesta a firtear con vos. 
— Si, claro pero por que vos las espantabas presentándome como tu amigo gay. — Ahora que prestaba atención. Ema nunca había colaborado cuando se trataba de una pareja para él. — ¿Por que haces eso? Es decir, nunca me presentas a ninguna amiga, si conozco a alguien enseguida comenzás con tus criticas y a todo esto después decís que necesito una mujer.— Dijo Ciro algo juguetón pero con firmeza.
— Bueno, ¿por que mejor no tomamos el helado? Se va a derretir. — Dijo ella cambiando rotundamente de tema.
— Como quieras.— No iba a dejar este tema de lado, él lo sabía. Todavía guardaba una pequeña esperanza.



domingo, 12 de febrero de 2012

"Por siempre y para siempre"

Recomendación: Leer escuchando Forever and Always. (al hacer click se abrirá una nueva ventana)


Forever and Always

Me encontraba sentada sobre la vieja mesada de mármol que formaba parte de la cocina. 
Las manecillas del reloj avanzaban lentamente, transformando cada minuto en una eternidad. Sabía que era tarde.
Él ya tendría que haber llegado. 
Era nuestro aniversario, cumplíamos dos hermosos años juntos, los mejores que había vivido en mi vida. 
Nunca fui la típica chica que reclamaba regalos de aniversarios ni cenas románticas, pero él me había dicho que tenia una sorpresa y eso me gustaba. Más allá de estar ansiosa me descubrí preocupada. 

Él avisó que volvería a las nueve en punto para salir a cenar. Sin embargo el reloj marcaba las diez y media y no tenía señales. 

Me asomé por la ventana, en un intento de despejar mis pensamientos. La calle estaba mas vacía que nunca. La gotas chocaban contra el pavimento y formaban la escena perfecta para una solitaria noche de lluvia.

Decidida a averiguar algo tomé el teléfono y llamé a su hermano. Dijo que no sabía nada, que seguramente se había retrasado en el trabajo y que no me preocupara. 
Pero yo intuía algo. Agradecí, corté y volví a sentarme en la mesada de mármol a la espera de alguna señal.

Un horrible presentimiento se hizo presente cuando escuché el sonido del teléfono. Casi me abalancé sobre el aparato, deseando que fuese el amor de mi vida quien llamaba. Me llevé una sorpresa cuando una voz de mujer se escuchó.
—Buenas noches. ¿Se encuentra disponible algún familiar de Jason McCann?— Preguntó. Acto seguido dijo que algo había sucedido y que tenía que ir lo más pronto posible.

En el auto mis pensamientos volaron hacia diciembre, aquella vez que él se puso de rodillas, me miró y con la voz más suave que alguna vez escuché, dijo: "Yo te querré por siempre, en las buenas, en las malas y en lo feo. Envejeceremos juntos y seremos felices por siempre y para siempre". Desde ese momento fuimos la pareja de novios más enamorada y feliz que alguien pudiese conocer.
Bajé rápidamente del auto, sin importar que la lluvia mojase mi cabello, mi ropa o mi sobretodo. Llegué a la entrada y camine a travez de la recepción.

Deseaba llegar lo más pronto posible y encontrar a mi hombre pero el camino se hacia más y más extenso. Pasaba un millón de puertas que parecían formar parte de un laberinto interminable e imposible de recorrer.

La puerta estaba enfrente mio. Detrás de ella se encontraba mi amado.
Las enfermeras hablaban de lo sucedido pero yo no prestaba atención. Apenas podía mantenerme en pie y evitar que las lágrimas se liberaran. 

Entré en la sala, me senté en una vieja silla de madera y tomé fuertemente la mano de mi novio.
— Perdón. No pude llegar, no me dejaron irme de acá. — Fueron las primeras palabras que él dijo.
— Olvidáte de eso ahora, lo importante es que vas a estar bien y vamos a salir de acá lo mas pronto posible, juntos.— Contesté tratando de no llorar.
—Claro que sí. Después de eso vamos a comprar la casa en la colina que siempre quisimos, donde nuestros hijos van a ser felices por siempre.— Me dijo, sus ojos brillaban de la emoción.
—Así es, querido.— Las lágrimas salían de mis ojos marcando su paso por mis mejillas.
—No llores mi amor. — Acarició mi mano y secó mis lágrimas. Él sabia lo que sucedía, pero no quería aceptarlo.— Recordá que pase lo que pase, seamos ricos o pobres nos vamos a seguir amando por siempre y para siempre.—  Una brillante lágrima recorrió su mejilla. No soportaba verlo así, no soportaba estar en aquel lugar. Le di un suave beso en sus labios e ignorando su llamado me retiré de la sala para ir en busca de algún doctor.

—¿No se va a salvar, no?— Le dije. Al ver que el doctor se quedaba callado asimilé que la respuesta era afirmativa. Decidí poner manos a la obra. Si esas eran las ultimas horas del amor de mi vida, me iba a asegurar de que fuesen las mejores.

Llamé a mi madre y le pedí el teléfono del cura que ella tenia como amigo hacía ya algunos años.
Una vez que el padre aceptó mi petición le encargué a mi hermana que me trajera los primeros anillos que encontrase en donde fuera.

Estaba todo listo. 

Entré a la habitación nuevamente y al verlo en esa dura camilla, con la piel tan pálida y su rostro débil, las lágrimas se presentaron de nuevo pero esta vez había una diferencia. Eran lágrimas de dolor y felicidad.
Jason me miró con una pequeña sonrisa en su rostro. Se percató de la presencia del cura. Vio los anillos en mi mano y comprendió al instante. Me sonrió aún más, sus ojos comenzaron a aguarse.

“Yo te quiero, te querré por siempre, por siempre y para siempre, en las buenas, en las malas y en lo feo. Envejeceremos juntos y siempre recuerda que seamos ricos o pobres o como sea nos seguiremos amando por siempre y para siempre.”
Dimos por finalizados nuestros votos. Ambos anillos yacían en nuestros dedos. Nunca  imaginé que encontraría al amor de mi vida, tampoco que me casaría con él y mucho menos que ese momento sería tan doloroso.

Sus latidos eran cada vez mas lentos. Su voz se consumía lentamente a la vez que decía: “Yo te amaré por siempre, por siempre y para siempre, por favor recordálo aun cuando no esté mas aquí, siempre te amaré, por siempre y para siempre”.

Esperé a que las enfermeras y el doctor abandonaran la habitación. Cerré sus ojos, lo besé por ultima vez en ambas mejillas y en sus labios. Guardé su imagen en mi mente para siempre y, con todo el dolor del mundo, me obligué a salir de allí, dejando junto a él mi corazón.

Fin.

La idea original para este one shot fue sacada de la canción "Forever and Always" de Parachute. La historia se relata de manera diferente y le di un nombre a los personajes.
El contenido fue todo escrito por mi. Espero que les haya gustado. 

Recuerden dejar su opinión...


Primer premio :)

Primer premio :)